lunes

En tu oscura inocencia (cuento)


En el sótano oscuro y húmedo,  mientras él dormía, el diablo se escondía debajo de su cama,  y sacando media cabeza le lamía las manos con su lengua negra;  él,  entre sueños,  parecía no enterarse de nada, entonces el diablo sentándose a su lado le decía cosas al oído, le tocaba los cabellos, y chascando los dedos lo hacía levitar, le torcía los brazos y le mordía los pies; le hacía girar las muñecas  a 180 grados y le aruñaba las mejillas rosadas.

Un día,  mientras jugaba, él se despertó, Satanás,  sintiéndose descubierto,  corrió a una de las esquinas del sótano;  con sus enormes ojos lo miró y no supo qué hacer, entonces él le dijo:

-Cuando llegas, me gusta hacerme el dormido.

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